En ruta: Monasterios de la Ribeira Sacra




Indudablemente el otoño es la estación de la Ribeira Sacra, su colorido abarca unas amplias tonalidades  quedando reflejadas en la masa arbórea, principalmente en los castaños y robles, y como no, en sus viñas "incrustadas" en las laderas del Sil y del Miño. En este recorrido se echó de menos el agua de los regatos que vertebran los cañones de estos ríos. La esencia de esta ruta era visitar una  parte de la arquitectura románica de la zona. De los 18 templos que hay en la Ribeira Sacra, decidimos visitar 4, así fueron: El de San Esteban de Chouzán, San Xoan da Coba, ambos los dos en Lugo y luego el de Santo Estevo de Ribas de Sil y el de Santa Cristina de Ribas de Sil, ya en Ourense.  El primero, el de Chouzán, fue un templo femenino y de la orden de los benidictinos. La iglesia data del siglo XIII.
El monasterio de San Juan de la Cueva fue el segundo que visitamos, también de la orden benidictina y regentado por monjas. Data del siglo XII o XIII y al igual que el anterior, por la construcción del embalse de Los Peares, fue trasladado a otra ubicación, desplazándolo piedra a piedra. El tercero en visitar fue el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil que con sus formas románicas, góticas y renacentistas está declarado desde 1923 Monumento Histórico Artístico. La tradición remonta sus "primeras piedras" (posiblemente una ermita) al siglo VI, luego, en el año 921, el rey Ordoño II lo donó al abad Franquila, que lo restauró comenzando así su etapa de esplendor monástico, donde su iglesia pasa por ser una de las joyas del románico gallego. En el siglo XVI, con los benidictinos ya en el templo, se amplió el cenobio construyéndose dos claustros renacentistas (dos Cabaleiros y el do Viveiro) que junto con el del románico (dos Obispos), conforman los tres que posee este monasterio. En 2005 pasó a ser Parador Nacional y desde hace unos años está considerado  como uno de los mejores hoteles-monasterios del mundo.  
Para para terminar nuestra visita a este espléndido lugar, nos dirigimos al monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, otro cenobio que probablemente deba su origen a antiguos eremitas del alto medievo, aunque la primera noticia que se tiene de el es del siglo IX. En el siglo XII pasó a formar parte de la orden benidictina, teniendo una gran influencia sobre la comarca. Posteriormente y ya en su declive pasó a ser priorato del de Santo Estevo. El arte románico y renacentista están bien presente en esta obra de gran interés. Aquí terminó nuestra ruta por esa parte de la Ribeira Sacra, quedando para el recuerdo estas bellas obras arquitectónicas ubicadas en la naturaleza más profunda. Así como los caminos otoñales que nos llevaban a ellas, como el que va desde el monasterio de San Estevo hasta el de Santa Cristina, donde los ocres de los castaños, robles y abedules vuelven a cautivar hasta tal punto que, seguro que con el paso del tiempo, este trayecto será una de esas postales que cada cierto tiempo le vienen a uno a la memoria.

Comentarios

  1. Galicia es un lugar maravilloso. Gracias por compartir este recorrido. Enhorabuena por el blog.

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  2. Gracias por tus palabras Guillermo. Espero que te sea de utilidad. Saludos!.

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